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domingo, 13 de noviembre de 2011

OBEDECIENDO COMO CORDEROS por BEGOÑA LEONARDO

La Democracia, esa palabra ahora vacía, todavía tapa la boca de much@s a los que se les sigue amordazando con falsas esperanzas. El sistema no se sujeta, el agujero en el que estamos, no sólo los españoles, no sólo los europeos (esto no es cuestión de vecinos del norte o del sur), es  la consecuencia de haber depositado todas las cartas a un caballo "ganador" que perdió su brío, porque no era tan caballo, ni tan ganador. 
La Democracia era el remedio para todos nuestros males, entre ellos de conciencia, en los años setenta estuvo bien, tuvo su público, sus fervientes adeptos, sus asistentes.... Varias generaciones lo creyeron. No les quedó otro remedio que creer que ser demócrata, era ser como había que ser, porque sino lo eras, apoyabas lo otro, "el franquismo". No había alternativa, o estabas de un lado o de otro. Los políticos lo orquestaron y la mayoría decidió que era lo mejor.
Pero ¿desde cuándo la  mayoría está en lo cierto? 
En un país donde el índice de personas sin información, sin formación era de espanto. Donde esa mayoría, nunca había visitado una biblioteca, no leía el periódico, apenas habían pasado de la primaria en las ciudades, y en el mundo rural los pequeños con ocho  años trabajaban  casi como adultos...

Resultado de esos polvos, tenemos estos lodos.
Much@s ya no esperamos nada de la Democracia, ni más ni menos Real. La reestructuración que se necesita, ha de tener que ver con las personas, una por una, con el querer "ser" antes del querer "tener". 
A los niños, ya en primaria, en quinto de primaria de manera obligatorira, con una asignatura como "Educación para la ciudadanía", se les inculca a ser demócratas. Valorar por encima de todo lo que apoya la masa, sin tener en cuenta al individuo y sus inquietudes o necesitades. 
Nuestr@s hij@ siguen siendo educados como lo fuimos nosotros. En vez de estar aprendiendo a pensar con criterio, con independencia, en  libertad.  Aprendiendo a tener conciencia, a analizar y resolver con la razón cuestionando y cuestionándose lo que hay a su alrededor y a sí mismos. Están obedeciendo como corderos.

Los que somos  padres y madres, tenemos una labor ardua por delante. Por eso, es fundamental que los niños y niñas en edades en las que ya pueden comprender, salgan a la calle, nos acompañen en nuestra lucha reivindicando con nosotros su derecho a ser libres.  Sintiendo que este mundo es también suyo, y que cada uno en su momento de vida con la edad que  tenga, ha de expresarse, ha de gritar y pelear con pasión, pero sin violencia para conseguir lo que merece, lo que es suyo.

Me consta que muchos docentes no están de acuerdo con la enseñanza reglada que se ven obligados a ejercer. Desde aquí les insto para que encuentren la manera de hacer compatible lo que les exigen con lo que sienten. Sus alumnos se lo agradecerán de por vida. Los profesores más queridos, son los que te estimulan a pensar por ti mismo, te motivan y  te hacen creer que puedes conseguir lo que te propongas,  porque eres un valioso ser humano.

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