Mi estómago no distingue de fiestas
siempre tiene hambre
la sangre que brota de mis heridas
no sabe de canciones
de turrones
de esperanza...
Mi estómago no sabe de delicatessen
se detiene ante escaparates de manzanas
de sardinas.
Cuando no era pobre
comía ternera
comía pocas sopas de sobre
ahora de sobras
manjares que el del chino
mezcla en el tupperware algunos domingos,
con un poco de agua de la fuente
me apaño bien.
Un chico que he conocido tiene una
resistencia que se mete en cualquier líquido,
como no tenemos enchufe
el dice, que piensa que está caliente y se quema
-cosas de la imaginación, le digo.
No soy religiosa
pero tengo que hacerme la católica un rato
porque el día 25 si te pones en la cola de San Juan
todos los que salen de misa dan algo
el año pasado me dieron dos euros
y con otros dos que tenía ahorrados
alquilé un portal calentito
a uno
que dicen que es de fuera
y que se está forrando.
He hablado con él
que sigue con el negocio,
por si el día 5 me hace un hueco...
Creo que los Reyes Magos vendrán si saben que hay calefacción.
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