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lunes, 16 de enero de 2012

ADIÓS FRAGA, HASTA NUNCA...

No vamos a lamentarnos porque Manuel Fraga haya fallecido, no más que de una persona anciana que se va porque su cuerpo y su mente han dicho basta. No vamos a alegrarnos desde esta Plaza, porque sabemos que era una persona querida, valorada y con un prestigio reconocido, aunque nosotr@s no estemos de acuerdo con el desempeño de su actividad, como franquista en ejercicio despótico, ni como demócrata en ejercicio aperturista. Que hizo y deshizo desde esa atalaya que el poder otorga, donde se instalan los necios y se reciclan los inteligentes, como él, que lo era sin duda; lo que le vino en gana. Porque estar siempre ahí, sustentando un estatus mayestático, tiene mérito, sí señor@s. 
Que el tiempo, la historia, el pueblo llano, la plebe y los que vendrán, digan si fue como ahora se pretende, un dechado de virtudes...

Su familia, amigos, personas cercanas  le recordarán como un hombre al margen de todo lo demás, bueno. Que sea eso lo que quede, porque sin duda hay  muchos y muchas a las que hizo mal; no como hombre de a pie, no como ser humano, pero sí; por carecer de la humanidad necesaria desde los puestos privilegiados que ocupó para emplear tanta energía, empeño, inteligencia, dedicación... Y hacer de España un país en el que las diferencias de clases fueran menos, la pobreza fuera menos, la justicia y la tolerancia más. 
L@s desheredad@s no tenían dignidad, l@s no adeptos al régimen no tenían dignidad ni merecían respeto, los homosexuales no tenían dignidad, las meretrices no tenían dignidad, los que no habían estudiado en el colegio adecuado, en la universidad adecuada eran unos mindundis, con ínfulas y no merecían respeto, l@s que no eran  hij@s de fulano de tal, con apellidos de alcurnia, no merecían estar, ni ser. Habrían de pedir perdón siempre, permiso siempre y justificar y agradecer de por vida, cualquier pequeño avance o progreso dentro de su escalafón, pero sin salirse del tiesto por su puesto, cada un@ en su lugar. 

Son innumerables los atropellos más o menos perniciosos que Fraga auspició, y no vamos a detenernos en ello, pero sí; desde aquí pedimos un poco de consideración a l@s damnificados, a sus familias y a todo el que sufrió  en sus carnes lo que este personaje de la historia de nuestra España, tuvo a bien acometer.

Adiós Fraga, hasta nunca... 




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