Las
palabras no son palabras; son, como diría el sublime slammer Antonio
Morales Arias, un montón de papeles escritos que han pasado por la
trituradora y han sido recompuestos al buen tuntún. Harto difícil y
arduo sería igualar imagen tan atinada para describir semejante
despropósito verbal. Pero caray, es que no hay mejor manera de reflejar
el procesado de carne picada al ralentí que está sufriendo esto que aún,
con gran esfuerzo y extrema magnanimidad, nos seguimos dignando en
llamar país... ( Del prólogo)
Nos gustaría que tuviera la máxima difusión, la criatura lo merece.
Gracias por apoyar nuestro proyecto,
que ustedes lo disfruten.
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