Rescató de su recuerdo
las consignas, las buenas intenciones
la energía, las palabras clave, los eslóganes,
las noches en vela.
El sentido de comunidad.
Rescató del baúl el instrumento de la discordia
el que usaba como trueque
cuando abrillantaba aceras
con sus vaqueros tatuados
sí, ésos que parecían verdes
que se tenían en pie.
Canturreó canciones que con las protestas
aprendían miles almas
se puso las sandalias que cansadas caminaban
la camisa que su padre con desgana le prestó
sí, aquel año, cuando salieron a correr las calles
gritando libertad.
Ahora indignad@s, ella también
y se queda bajo el raso
ella también,
y sabe que su hija la ve, porque la mira
a ella también
y sabe que así son mejores
cuando juntas se cogen de la mano
y dicen, ¡basta ya!
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