El rescate no se llamará rescate
sino cesión temporal de soberanía.
En bote de lujo saltarán primero al agua
por este orden:
La Corona, políticos, aristocracia.
Se llevarán todo lo que quieran
pues la mayoría ya se lo han llevado.
En un bote muy bien acondicionado:
altos cargos, clases altas, banqueros, evasores
se llevarán todo lo que quieran
pues la mayoría ya se lo han llevado.
En un bote cómodo, amplio:
deportistas de élite, curia religiosa, grandes empresarios
se llevarán todo lo que quieran
pues la mayoría ya se lo han llevado.
En un bote pequeño:
los asesores, cargos de libre designación,
militares de alto rango
se llevarán lo que quepa en el bote
pues la mayoría ya se lo han llevado.
Por último quedarán: los ciudadanos:
funcionarios, maestros, obreros, mineros, científicos, estudiantes,
parados, jubilados, inmigrantes, marginados.
A esos nos lanzarán un flotador pinchado
y los tiburones
estarán esperando.
Las mareas mezclarán sus colores
y teñirán de negro el océano
mares que bañarán las costas
invadidas por la soledad que tiene el poder
esa extraña forma de sufrimiento.
Y esas luchas anegadas
dejarán la triste noticia
unida a la esperanza
de que la lucha nunca acaba
siempre hay una cuenta pendiente
un dolor que se clava
una madre que tiende al infinito,
un nuevo día.
Siempre hay alguien que espera
ignorado todavía,
que nos traspasa con su vida
y la eleva por encima de nuestras medidas.
Siempre hay algo que nos recuerda
llámese memoria o conciencia
de que somos humanos, todavía,
seres creados para entregarnos
a causas, incluso perdidas
máquinas de sufrir y producir gestos,
madera noble traída de las eras superadas
con guerras y razas
tierra, viento, agua
y una especie continuada, mejorada
a pesar de los errores
a pesar de los asesinos
a pesar de los traidores
a pesar de la ignorancia
a pesar de tantas pérdidas,
somos portadores de semilla nueva
que nacerá por encima de lo yermo,
creciendo como si no existiera el límite humano,
la frontera que ahora vemos tan cerca.
Habrá un nuevo futuro
que prescinda de lo innecesario
y se centre en lo imprescindible.
Habrá que construir
sobre escombros
el nuevo mundo
ese que siempre es el mismo
dotado de oxígeno y pan,
empeño por existir
un día más entre dudas
y temores por los que vendrán
¡qué será de ellos!.
Todo está ahí
al alcance de los sueños
forma difusa de supervivencia,
trama de novela negra
y polvo de estrellas apagadas.
Ha sido así
o al menos me lo han contado.
Tras la angustia y el sufrimiento,
una calma se posa sobre la tierra
y cubre a nuestros muertos,
de los que hemos nacido,
tan fantásticos e increíbles como ellos.
Seres de luz dotados del mejor armamento:
su recuerdo.
El precio de vivir es la propia vida,
cada uno decide como la vende
o como se la juega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario