Un poeta se largó de su cuidad hace ya unos cuantos ayeres.
Harto como estaba
De la desidia
De la desigualdad
De la inequidad
De la des-democracia
De la ignominia
De la violencia a las mujeres
De la invisibilidad de los indígenas
De los sábados de raya en la obra
De la arquitectura inhabitable
De la desavenencia
De la disimilitud
De las no-revoluciones
De las no-guerrillas
De la neoliberalidad priista
De la moches panista
De la estupidez perredista

Un poeta se largó de su ciudad hace ya unos cuantos ayeres
Saciado como estaba
De futuros
De azares
De expectativas
De amores
De sexo junto al mar
De ojos verdes como mares
De porvenires
De predicciones
De destinos
De arquitecturas apropiadas
De letras escritas en la noche
De veranos intensísimos
De otros Méxicos posibles
De Latinoamérica extensísima
De nacimientos hermosos en febrero
De antologías de la nostalgia

Un poeta se largo de su ciudad hace ya unos cuantos ayeres
Saturado como estaba, como estuve, como estoy
De este neoliberal presente en el que estos directivos empresariales
Que se dicen gobernantes
Y que a toda costa quieren negarnos
La violencia
El sexo amoroso
Las revoluciones necesarias
Las alas y los vuelos
El intelecto que se esparce
La poesía escrita por la noche
Y que se ofrece
Y que nos retuerce
Y que nos enfrenta
Y que nos permite
Discrepar
Diferenciarse
Desacordar
Divergir
Subrayar
Nuestros soles
Nuestros violentos amores
Nuestras sábanas humedecidas
Manchadas
Aturdidas
Explayadas
Por nuestro sexo
Esparcido
Desparramado
Salpicado
Difundido
Como las letras de este andariego vagabundo
Peatón
Poeta
Arquitecto
Escribiente
Ciudadano
Encabronado
Feliz
Intenso
Sin matices
Harto
Feliz
Encandilado
Con aquel lado del mar océano
Con este lado de la rancia Europa
Que envejece
Necia
Obcecada
Estúpida
Vital
Que se descuelga de su milenaria historia por el afán imbécil de salvar una moneda
Dejando desamparados a sus millones de ciudadanos
Que encabronados se mezclan
Con aquel poeta que se largó de su ciudad hace ya unos cuantos ayeres