Nuevos enfrentamientos se produjeron este viernes en El Cairo entre policías y manifestantes que expresan su indignación por la muerte de 74 personas en reyertas que estallaron el miércoles tras un partido de fútbol.
El drama de Puerto Said provocó en todo el país manifestaciones que el jueves degeneraron en violentos enfrentamientos con la policía. Dos manifestantes murieron y más de 30 personas resultaron heridas en Suez (noreste).
Más de 600 personas fueron heridas en la noche El Cairo en enfrentamientos entre la policía y manifestantes en los alrededores del ministerio del Interior.
Una coalición de 28 organizaciones pro democracia llamó a los manifestantes a congregarse este viernes a la salida de las mezquitas en toda la capital después de la gran oración de mediodía y a dirigirse al Parlamento para exigir el fin del poder del ejército, que administra el país desde la caída de Mubarak.
Los manifestantes denuncian a las fuerzas armadas por la mala gestión de la transición democrática y acusan a las autoridades de ser responsables del drama del miércoles en Puerto Said. Los egipcios que denuncian la desidia de las fuerzas del orden en Puerto Said, están cada vez más exasperados contra el poder militar acusado de violaciones de los derechos humanos, y reclaman desde meses el fin de los procesos de civiles antes tribunales militar, una reestructuración del ministerio del Interior, y el respeto de las libertades y de la justicia social.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), dirigido por el mariscal Hussein Tantaui, ministro de la Defensa de Hosni Mubarak durante dos décadas, se comprometió en numerosas ocasiones a ceder sus poderes a los civiles después de la presidencial prevista de aquí a junio.
Como prueba de su buena fe, había alegado el ejemplo de las elecciones legislativas que ganaron los islamistas. Pero esto no calmó los espíritus y numerosas personalidades y organizaciones de defensa de los derechos humanos estiman que los militares tratarán de mantener ciertos poderes.
El drama de Puerto Said reactivó la rebelión contra las autoridades y la incertidumbre sobre la transición.
El jueves en la madrugada, miles de hinchas del Al Ahly como también ciudadanos de a pìe habían desfilado en El Cairo contra los militares y el ministerio del Interior.
Manifestaciones y enfrentamientos también tuvieron lugar en otras ciudades del país. En Suez (noreste), dos personas murieron por balazos y otras treinta quedaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la noche del jueves al viernes, según fuentes médicas.
Los “Ultras” del Al-Ahly, grupo de hinchas entre los más fervientes y organizados, participaron en la revuelta contra Mubarak hace un año y medio y también en las manifestaciones hostiles al ejército y la policía, lo que alimenta las sospechas de una “venganza” contra ellos.
El primer ministro Kamal al Gazuri, nombrado por los militares, anunció la destitución de la dirección de la federación egipcia de fútbol, así como la dimisión del gobernador de Puerto Said y de los principales responsables de la seguridad en la ciudad.
El jefe del Parlamento, Saad al Katatni, de los Hermanos musulmanes, ahora primera fuerza política del país, también estimó que la matanza se debió “a una negligencia enorme de la Seguridad” cuando numerosos egipcios evocaban una “conspiración contra la revolución
.
El drama de Puerto Said provocó en todo el país manifestaciones que el jueves degeneraron en violentos enfrentamientos con la policía. Dos manifestantes murieron y más de 30 personas resultaron heridas en Suez (noreste).
Más de 600 personas fueron heridas en la noche El Cairo en enfrentamientos entre la policía y manifestantes en los alrededores del ministerio del Interior.
Una coalición de 28 organizaciones pro democracia llamó a los manifestantes a congregarse este viernes a la salida de las mezquitas en toda la capital después de la gran oración de mediodía y a dirigirse al Parlamento para exigir el fin del poder del ejército, que administra el país desde la caída de Mubarak.
Los manifestantes denuncian a las fuerzas armadas por la mala gestión de la transición democrática y acusan a las autoridades de ser responsables del drama del miércoles en Puerto Said. Los egipcios que denuncian la desidia de las fuerzas del orden en Puerto Said, están cada vez más exasperados contra el poder militar acusado de violaciones de los derechos humanos, y reclaman desde meses el fin de los procesos de civiles antes tribunales militar, una reestructuración del ministerio del Interior, y el respeto de las libertades y de la justicia social.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), dirigido por el mariscal Hussein Tantaui, ministro de la Defensa de Hosni Mubarak durante dos décadas, se comprometió en numerosas ocasiones a ceder sus poderes a los civiles después de la presidencial prevista de aquí a junio.
Como prueba de su buena fe, había alegado el ejemplo de las elecciones legislativas que ganaron los islamistas. Pero esto no calmó los espíritus y numerosas personalidades y organizaciones de defensa de los derechos humanos estiman que los militares tratarán de mantener ciertos poderes.
El drama de Puerto Said reactivó la rebelión contra las autoridades y la incertidumbre sobre la transición.
El jueves en la madrugada, miles de hinchas del Al Ahly como también ciudadanos de a pìe habían desfilado en El Cairo contra los militares y el ministerio del Interior.
Manifestaciones y enfrentamientos también tuvieron lugar en otras ciudades del país. En Suez (noreste), dos personas murieron por balazos y otras treinta quedaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la noche del jueves al viernes, según fuentes médicas.
Los “Ultras” del Al-Ahly, grupo de hinchas entre los más fervientes y organizados, participaron en la revuelta contra Mubarak hace un año y medio y también en las manifestaciones hostiles al ejército y la policía, lo que alimenta las sospechas de una “venganza” contra ellos.
El primer ministro Kamal al Gazuri, nombrado por los militares, anunció la destitución de la dirección de la federación egipcia de fútbol, así como la dimisión del gobernador de Puerto Said y de los principales responsables de la seguridad en la ciudad.
El jefe del Parlamento, Saad al Katatni, de los Hermanos musulmanes, ahora primera fuerza política del país, también estimó que la matanza se debió “a una negligencia enorme de la Seguridad” cuando numerosos egipcios evocaban una “conspiración contra la revolución
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario